Son aquellas diferencias en el lenguaje que se producen debido a las diferentes clases sociales a las que pertenecen los hablantes. Es decir, la manera en que hablamos puede variar dependiendo de nuestro nivel educativo, profesión, edad, grupo social al que pertenecemos, etc.
¿Por qué se producen estas variaciones?
Nivel sociocultural: Las personas con mayor nivel educativo o que pertenecen a clases sociales más altas suelen utilizar un lenguaje más formal y cuidado, con un vocabulario más amplio y estructuras gramaticales más complejas. Por otro lado, las personas con menor nivel educativo o que pertenecen a clases sociales más bajas pueden utilizar un lenguaje más coloquial y con expresiones propias de su grupo social.
Edad: El lenguaje de los jóvenes suele ser diferente al de los adultos. Los jóvenes utilizan expresiones propias de su generación y a menudo simplifican las estructuras gramaticales.
Grupo social: Cada grupo social (amigos, familia, compañeros de trabajo, etc.) tiene sus propias normas y formas de hablar.
Jergas: Son variedades lingüísticas utilizadas por grupos sociales específicos para comunicarse de manera más privada y exclusiva.
¿Por qué son importantes las variedades diastráticas?
Son un reflejo de la historia y la cultura: Las variedades diastráticas pueden revelar aspectos interesantes sobre la historia y la cultura de un grupo social.
Marcan la identidad social: La forma en que hablamos nos ayuda a identificarnos con un grupo social determinado y a diferenciarnos de otros.
Reflejan la diversidad social: Las variedades diastráticas nos muestran la riqueza y la complejidad de una lengua, así como la diversidad de las sociedades.
